EL TRIBUNAL DEBE ATENDER
MEJOR AL
JUSTICIABLE
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El
magistrado Élfego Bautista Pardo recuerda a don Jorge Rodríguez y Rodríguez, ex
presidente del TSJ del entonces DF
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Bajo
el imperio de la ley se hace prevalecer el Estado de Derecho que consagra
nuestra Carta Magna
BLAS A. BUENDÍA
Reportero Free Lance
Editor JUAN CARLOS MARTINEZ
jeancarleon@hotmail.com
El
martes 11 de diciembre (2018), el Magistrado Presidente del Tribunal Superior
de Justicia de la Ciudad de México, Doctor Álvaro Augusto Pérez Juárez rindió
ante el pleno de magistrados su segundo informe de trabajo, desde que asumiera
el cargo en abril de 2017, nos hizo partícipes de los logros durante su
gestión, los cuales han contribuido a eficientar la impartición de justicia en
la capital de la República.
Los
anteriores conceptos son vertidos por el Magistrado Élfego Bautista Pardo,
titular de la Quinta Sala Civil, Ponencia 3, del Tribunal Superior de Justicia
de la Ciudad de México, quien rememoró la carrera ética y profesional de uno de
los juristas más destacados de este Órgano Jurisdiccional, don Jorge Rodríguez
y Rodríguez.
El
máximo órgano del Tribunal es el pleno de Magistrados, sin embargo, el
presidente del órgano judicial tiene funciones específicas y trascendentes como
representar al Tribunal en actos oficiales, nombrar a los Secretarios de la
Presidencia y del Pleno del Tribunal, a los funcionarios técnicos y personal,
llevar el turno de las magistradas y magistrados que se excusen, regular,
instrumentar, sistematizar, dirigir y supervisar las funciones de desarrollo
institucional, entre otras de importante trascendencia para la vida de este
poder capitalino.
Grandes
juristas han ocupado el cargo de presidente desde 1905, cada uno de ellos, han
llevado a consolidar la labor judicial y la independencia entre poderes,
realizando acciones que fortalecen la impartición de justicia y redundan en
beneficio de los derechos humanos de los justiciables, el orden público y la
paz social.
Uno
de ellos, fue el magistrado Jorge Rodríguez y Rodríguez, con quien tuve la
oportunidad de coincidir y trabajar en pro del Tribunal Superior de Justicia,
mientras fui Secretario General del Sindicato del Poder Judicial, y cuyo primer
informe recuerdo claramente.
El
trabajo de Don Jorge impactó de manera relevante a la vida de quienes nos
dedicamos a esta noble labor en todos los niveles, gracias a su carácter logró
aumentar en un sesenta y cuatro por ciento el presupuesto del Tribunal para el
ejercicio de 1996, mejorando las condiciones de trabajo, mediante un incremento
salarial y de prestaciones, que impactaron de manera positiva a todos los
servidores de esta casa de justicia, desde el trabajador más modesto, hasta
jueces y magistrados.
En
su periodo, se llevaron a cabo acciones que han contribuido a que nuestro
Tribunal sea la institución sólida y transparente que es hoy, se logró la
instauración del fondo de apoyo para la administración de justicia que ha
fortalecido los estímulos del personal y la adquisición de inmuebles ubicados
en Río de la Plata que ahora se permutaron por la construcción del edifico
ubicado en Niños Héroes número 150 y que han permitido brindar un mejor
servicio al justiciable.
Su
legado nos encaminó a varias generaciones por la senda del cumplimiento del deber
con entusiasmo, inculcándonos conciencia de nuestra labor para satisfacer las
peticiones ciudadanas, siempre nos dijo que “el Tribunal debe atender mejor al
justiciable mediante la organización de trámites, servir con intensidad no
solamente a través de la aplicación de la norma sino actuando siempre con
honradez y en el momento oportuno y que las reformas a los ordenamientos
deberían coincidir con la prevención, la procuración y la administración de
justicia a fin de compartir y hacer efectivo el propósito fundamental de cabal
respeto a la dignidad humana”.
Él
es sólo uno de los incontables hombres que han dedicado su vida al servicio
público a través de la función judicial en el Tribunal capitalino, todos ellos
con la firme convicción de hacer de éste un mejor país, convencidos de que
servir a la nación bajo el imperio de la ley hace prevalecer el Estado de
Derecho que consagra nuestra Carta Magna y es una garantía de la paz social,
necesarios para una sana convivencia. En esta ocasión sólo quise hacer un
homenaje mostrando mi respeto a uno más de los hombres comprometidos con
nuestro país, puntualizó el Magistrado Élfego Bautista Pardo, en su análisis
político-jurídico Así es el Derecho.